08 diciembre 2011

MASONERIA: TRADICION, RITO Y HERMETISMO

TRADICION, HERMETISMO Y MASONERIA
Extractos de los trabajos de FEDERICO GONZALEZ, y ARIZA
En el antiguo manuscrito masónico Cooke, (circa 1,400) se lee en los párrafos 281-326 que toda la sabiduría antediluviana fue escrita en dos grandes columnas. Después del diluvio de Noé, una de ellas fue descubierta por Pitágoras (n.570-m.496 a.C) la otra por Hermes el Filósofo, los cuales se dedicaron a enseñar los textos allí grabados. Esto se encuentra en perfecta concordancia con lo atestiguado por una leyenda egipcia, de la que ya daba cuenta Manethon ­según el mismo Cooke­ vinculada también con Hermes. 
Es obvio que esas columnas, u obeliscos, asimilados a los pilares J. y B. son las que sostienen el templo masónico ­y a la vez permiten el acceso al mismo­ y configuran los dos grandes afluentes sapienciales que nutrirán la Orden: el hermetismo que asegurará la protección del dios a través de la Filosofía, es decir del Conocimiento, y el pitagorismo que dará los elementos aritméticos y geométricos necesarios, que reclama el simbolismo constructivo; se debe considerar que ambas corrientes son directa o indirectamente de origen egipcio. Igualmente que esas dos columnas son las piernas de la Madre logia, por las que es parido el Neófito, es decir por la sabiduría de Hermes, el gran iniciador, y por Pitágoras el instructor gnóstico. 
El mismo Findel refiriéndose a la cantidad de elementos gnósticos y operativos que constituyen la Masonería y concretamente ocupándose de los canteros alemanes afirma: "Si la conformidad que resulta entre el organismo social, los usos y las enseñanzas de la Francmasonería y los de las compañías de masones de la Edad Media ya indica la existencia de relaciones históricas entre estas diversas instituciones, los resultados de las investigaciones hechas en los arcanos de la historia y el concurso de una multitud de circunstancias irrecusables establecen de modo positivo que la Sociedad de los Francmasones desciende, directa e inmediatamente, de aquellas compañías de masones de la Edad Media." Y agrega: "la historia de la Francmasonería y de la Sociedad de los Masones está por ello mismo íntimamente unida a la de las corporaciones de masones y a la historia del arte de construir en la Edad Media; es, pues, indispensable dirigir una rápida ojeada sobre esta historia para llegar a la que nos ocupa." 
Por lo que resulta obvio que los Antiguos Usos y Costumbres, los símbolos y los ritos y los secretos del oficio, se han transmitido sin solución de continuidad desde fechas muy remotas ­y desde luego en las corporaciones medioevales­ y el paso de lo operativo a lo especulativo no ha sido sino la adaptación de verdades trascendentes a nuevas circunstancias cíclicas, haciendo notar que el término operativo no sólo se refiere al trabajo físico o de construcción, proyección o planeamiento material y profesional de las obras, sino también a la posibilidad de que la Masonería opere en el iniciado el Conocimiento, por medio de los útiles que proporciona la Ciencia Sagrada, sus símbolos y ritos.
Por lo que Hermes y el Hermetismo son una referencia habitual en la Masonería, como lo es también Pitágoras y la geometría. Por otra parte ambas corrientes históricas de pensamiento derivan a través de Grecia, Roma y Alejandría, del Egipto más remoto y por su intermedio de la Atlántida y la Hiperbórea, como en última instancia acontece con toda Organización Iniciática, capaz de religar al hombre con su Origen. Y va de suyo que esta impresionante genealogía en la cual están comprendidos los dioses, los sabios (sacerdotes) y los reyes (tanto de Tiro e Israel, como de Escocia: la realeza no desdeñaba la construcción y el rey era un maestro operativo más) conforma un ámbito sagrado, un espacio interior construido de silencio, lugar donde se efectivizan todas las virtualidades y así puede reflejarse el Ser Universal de modo especular. la logia masónica, como se sabe, es una imagen visible de la logia Invisible, como el logos es el despliegue de la Triunidad de los Principios. 
La raíz H. R. M. es común a los nombres Hermes e Hiram y este último forma con Salomón un paredro donde se aúnan la sabiduría y la posibilidad (la doctrina y el método), señalándose a la Tradición (Cábala) hebrea, en la que nació Jesús, como la vehiculadora de esta revelación sapiencial, real, y artística (artesanal), que constituye la Ciencia Sagrada, la que es aprendida y enseñada por símbolos y ritos en la logia, "libro" cifrado que los Maestros decodifican hoy, tal cual lo hicieran sus antepasados en el tiempo mítico, puesto que la Masonería no otorga el Conocimiento en sí sino que muestra los símbolos e indica las vías para acceder a él, con la bendición de los ritos ancestrales, que actúan como transmisores mediáticos de ese Conocimiento.5 
El Maestro Constructor lleva su logia interior a todas partes, él mismo es eso, una miniatura del Cosmos, diseñada por el Gran Arquitecto del Universo. Pero la obra está inacabada, se necesita que pula (con Ciencia y Arte) su piedra bruta tal cual cinceló el Creador su Obra. los números y las figuras geométricas simbolizan conceptos metafísicos y ontológicos que también representan realidades humanas concretas e inmediatas, tan necesarias como las actividades fisiológicas, y de allí en más cualesquiera otras. El número establece idea de escala, de proporción, y relación; asimismo de ritmo, medida y armonía, ya que son ellos los canales que tiende la Unidad hacia la indefinitud numérica, hacia los cuatro puntos del horizonte matemático y la multiplicidad. 
Hermes, al que se le adjudica la enseñanza de todas las ciencias, ha gozado de sumo prestigio a lo largo de distintos períodos de la historia de la cultura de Occidente. Esto ha sido así entre los alquimistas y los llamados filósofos herméticos, y estas mismas ideas se han manifestado en la Orden de los Hermanos Rosacruces, influencias todas que ha recogido la Masonería al punto que puede considerársela como un depósito de la sabiduría pitagórica y su transmisora en los últimos siglos, así como una receptora de los Principios Alquímicos, y también de las ideas Rosacruces, lo cual es evidente cuando a simple vista comprobamos que uno de los más altos grados en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el 18, se denomina precisamente Príncipe Rosacruz. Igualmente analogías y conexiones con las Ordenes de Caballería son reclamadas por algunos masones, concretamente con la Orden del Temple. Hay muchos indicios históricos que mostrarían estas simientes, también tradiciones y ritos, especialmente una de las palabras de pase en el grado 33. En donde, por otra parte, sí se destaca una influencia bien clara de lo hebraico que ya señalamos en el caso de Salomón y la Construcción del Templo, y se ve confirmada por la sencilla comprobación de que casi todas las palabras de pase y grado, secretos sagrados, se pronuncian en hebreo.10 
Es conocida la relación de Hermes con el silencio, y se suele llamar hermético a aquello que se encuentra perfectamente cerrado, o sellado. El silencio asimismo es propio de la Masonería y también de los pitagóricos que pasaban cinco años cultivándolo. 
Elías Ashmole es también un buen punto de confluencia entre el Hermetismo y la Masonería. Este extraordinario personaje nacido en Lichfield, Inglaterra, en 1617, parece haber desempeñado un papel importante en la transición entre la antigua Masonería anterior a Anderson-Desaguliers y su proyección histórica posterior, encaminada a rescatar la mayor parte del mensaje espiritual-intelectual, es decir gnóstico (en el sentido etimológico del término), de las auténticas organizaciones iniciáticas, entre ellas la Masonería y la Orden de la Jarretera. Fue recibido en la logia de Warrington el 16-10-1646, aunque según su diario, no concurrió sino hasta muchos años después a su segunda tenida.
Asimismo debe señalarse que algunos autores hacen mucha cuestión sobre ciertos temas relacionados con el catolicismo y el protestantismo en el proceso del paso de la Masonería operativa a la especulativa. De hecho se suele simplificar el asunto diciendo que las corporaciones operativas eran católicas y los especulativos posteriores protestantes.
En todo caso esta situación de la diversidad de Ritos se reproduce en los distintos grados, que varían en número, nombre y condición, según las distintas formas masónicas. Este tema es de interés pero nos parece prioritario recordar que esos grados (así sea en número de tres, siete, nueve, o más,) representan etapas en el Proceso de Conocimiento, o Iniciación, y que esos pasos ­o estados­ en Masonería son sintetizados y designados con los nombres de Aprendiz, Compañero y Maestro, en correspondencia con los tres mundos: físico, psíquico y espiritual. Estos tres grandes grados, contienen sintéticamente en sí todos los grados, los cuales la mayor parte de las veces no son sino especificaciones o prolongaciones de ellos. Pero está claro que la división es jerárquica y se efectúa dentro de un orden ritual que corresponde simbólicamente a estas etapas en la Iniciación o Vía del Conocimiento.
Asimismo que los grados son permanentes y jamás se pierden los adquiridos en una carrera masónica normal. 
Nos falta mencionar un poco más a la Alquimia como influencia presente en la Orden Masónica. Ya hemos señalado que Azufre, Mercurio y Sal, los principios alquímicos, se encuentran directamente incorporados, desde los primeros grados. 
La Alquimia tiene en común con la Masonería el desarrollo interior, tendiente a la Perfección, que tanto los alquimistas consideraban el objetivo de sus afanes (ya que la Naturaleza no había finalizado su Obra que el Artista o Adepto debía completar), como los masones los fines últimos de la Masonería, que incluyen la muerte y consecuente regeneración a otro nivel, o estado de conciencia. 
De otro lado, se suele decir entre los amigos de la Filosofía Hermético ­Alquímica que el último gran Alquimista (y escritor sobre estos temas) fue Ireneo Filaleteo en el siglo XVII. Esto es bastante exacto desde una perspectiva, sólo que no se advierte con toda claridad que a partir de esa fecha no se interrumpe esta Tradición hasta el presente, sino que se transforma, y muchísimas de sus enseñanzas y símbolos pasan a la Masonería, como transmisora del Arte Real y la Ciencia Sagrada, tanto en los tres grados básicos como en la jerarquía de los altos grados.
En el simbolismo masónico ­al igual que en el Alquímico­ el sol y la luna juegan un papel fundamental y se los encuentra en lugares tan esenciales como en los cuadros y la decoración de las logias (ubicados en su Oriente). Desde luego que se trata de los principios activo y pasivo, que también se corresponden a las columnas Jakín y Boaz, las que de este modo señalan la oposición de estas energías, al mismo tiempo que su conjunción en un eje invisible del que tiende la plomada el Gran Arquitecto del Universo.
Bernardin, en su obra Notas para servir a la historia de la Masonería en Nancy hasta 1805, tras compulsar doscientas seis obras que trataban de los orígenes de la Masonería agrega en nota: "De estos treinta y nueve autores, veintiocho han atribuido los orígenes de la F. M. a los albañiles constructores del período gótico; veinte autores se pierden en la antigüedad más lejana; dieciocho los sitúan en Egipto; quince se remontan a la Creación, mencionando la existencia de una logia masónica en el Paraíso Terrenal; doce, a los Templarios; once, a Inglaterra; diez, a los primeros cristianos o al mismo Jesucristo; nueve, a la antigua Roma; siete, a los primitivos Rosa-Cruz; seis, a Escocia; otros seis, a los judíos, o a la India; cinco, a los partidarios de los Estuardos; otros cinco, a los jesuitas; cuatro, a los druidas; tres, a Francia; el mismo número lo atribuyen: a los escandinavos, a los constructores del templo de Salomón, y a los sobrevivientes del diluvio; dos, a la sociedad 'Nueva Atlántida', de Bacon, y a la pretendida Torre de Wilwinning. Finalmente, a Suecia, China, Japón, Viena, Venecia, a los Magos, a Caldea, a la orden de los Esenios, a los Maniqueos, a los que trabajaron en la Torre de Babel y, por último, uno que afirma que existía la F. M. antes de la creación del mundo."
En efecto, las corporaciones de constructores medioevales le han dado la estructura a la Masonería, incluso los tres grados iniciáticos, y su simbólica fundamental vinculada con el Arte de Construir. Esta influencia deriva, o al menos tiene antecedentes en los Collegia o Scholae romanos, vinculados a las Religiones de Misterios, las que a su vez lo hacen con Egipto, como ya hemos dicho. Por otra parte en la Alejandría greco-egipcia, de los primeros siglos anteriores y posteriores al cristianismo, vuelve a producirse un resurgimiento tanto de las religiones mistéricas, que aún subsistían, como de los estudios neoplatónicos, pitagóricos y teúrgicos-gnósticos, que desembocan en una corriente donde la Tradición Hermética vehiculará estas energías hasta el Renacimiento –en que volverán a florecer–, pasando por la Edad Media, donde revistieron formas cristianas.
Todas estas influencias espirituales, o intelectuales, pasan directamente a la Masonería. Así la Alquimia se integra a este pensamiento puesto que ella no es sino una expresión o adaptación más de este saber tradicional y los mismos Adeptos se cobijan bajo la filiación Hermética y su patronazgo. lo mismo vale decir de los Rosacruces, herederos del pensamiento hermético e históricamente relacionados con ellos y la Masonería. También por sus raíces medioevales ha de buscarse la asociación de la Orden con otras Ordenes constructoras y de caballería.
En cuanto al elemento judío, nos asombraría que no estuviera presente en una Orden iniciática nacida en Europa, pues junto con el cristianismo, que deriva de él, éste ha vehiculado los elementos diversos que hoy llamamos Occidente, en donde se destaca la figura del sabio, rey y constructor, encarnada por Salomón.
La Masonería es, según todo esto, el resultado feliz de la relación y síntesis entre distintas formas de acceder al Conocimiento, y la unicidad que esas formas proclaman.
Señalaremos que cualesquiera sean los orígenes masónicos ellos apuntan una y otra vez hacia los artesanos y constructores medioevales y no a los sacerdotes y nobles de la época.
Desde el punto de vista histórico nace la Masonería en una época donde las corporaciones de artesanos pasaban a ser instituciones de poder y el profesionalismo de sus integrantes ocupaba una función en el encuadre del Estado. Esta influencia es pareja a la pérdida de importancia de la Iglesia, y de la Monarquía, y se corresponde con la creciente preponderancia de la burguesía formada por profesionales, mercaderes y administrativos, en siglos posteriores.
Los distintos Ritos y Obediencias, pese a su heterogeneidad, tienen en común al Gran Arquitecto del Universo, y un oficio compartido: el Arte y la Ciencia de Construir, que reconocen en el Símbolo su expresión más cabal.
Como ya se ha dicho son logias de Maestros que ya han sido Oficiales o Venerables de distintas logias y que han probado por numerosas circunstancias y a lo largo de los años su pertenencia a los orígenes, usos y costumbres y deberes de la Orden.
Poniendo punto final a este somero panorama queremos destacar la importancia que ha tenido la Masonería –y por su intermedio la Tradición Hermética– en la independencia y organización de las repúblicas americanas (de Norte, Centro y Sur), donde pueden destacarse entre otras las figuras de Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Jorge Washington, José de San Martín, Antonio José de Sucre, José Martí, Miguel Hidalgo, etc., no sólo fundadores de países, constituciones, legislaciones e instituciones sino de ciudades, tal el caso de la ciudad de Washington DC., capital de Estados Unidos que lleva el nombre de su fundador y de la Ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, fundada por el maestro masón Dardo Rocha. Debe señalarse que lo anteriormente mencionado se hizo en base al ordenamiento de esos pueblos promoviendo la cultura, la educación, el arte y las buenas maneras en países donde primaban la desorganización y la violencia, cumpliendo desde luego la Masonería una función civilizadora que subsiste de distinta forma hasta nuestros días, ya que América, sus instituciones y forma de vida, ha nacido históricamente bajo su signo.

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